Tiempo que nos desunes y nos unes,
tiempo que eres abstracto y tan concreto
que, por mucho que guardes tu secreto,
reaparece en las cosas más comunes:
para que con tu norma no importunes
el sitio sin lugar, te lanzo el reto
de intemporalidad al que me someto:
al escribir y amar somos inmunes,
amando y escribiendo rompo el pacto
de que tú, el invencible, vencerás
un tiempo hecho de amor y nada más:
alta inexactitud contra ti, exacto
pero que desconoces, tiempo idiota,
esta inutilidad que te derrota.
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