A doña Dalmira López de Osornio, por cuyas venas corre la sangre terrible de don Juan Manuel
Tienes sangre de tiranos
en tus venas, novia mía;
lo sé por la tiranía
dulcísima de tus manos.
Hay instintos inhumanos
en tu fiero corazón,
en tus ojos de traición
acecha don Juan Manuel,
y es tu boca roja y cruel
como la Federación.
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