fragmento
Estamos equivocados,
nunca fuimos iguales,
tú eres terco y yo dócil.
Hay que penetrar,
hay que adentrarse demasiado
en lo que insinúas,
pero esta es una manera de perderte.
El secreto es no tratar de que te quedes.
No somos iguales, poema,
tú abandonas, yo ardo.
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