Todos los santos en Albarracín de José Antonio Labordeta

Silenciosa la anciana
reza en tu cementerio. Corre la niña.
El cielo está pendiente de la roca.
Aire sobre la muralla,
detenido,
como un lamento,
como una larga frase derrumbada.

Guadalaviar torcido, ausente,
lames, ceremonioso, la roca
que desciende.

Albarracín,
quilla de piedra,
rojo penacho de cuestas y de arcadas,
sobre ti duerme el tiempo,
sólo pervive el agua.

Comentarios sobre el poema


  • HAMBRUNA DE AMOR

    Recuerdo en aquella casa de sol
    Explorando habitaciones contigo
    Visitando países de sudor en nuestra piel unida
    Yendo a ciertas partes desconocidas
    Besando viejas tristezas para embellecer la hambruna de amor.

    Aquella caja llena de sueños de chocolate me devolvió a la realidad de mi vida.
    La que nunca tuve contigo.

    Mira que creí en el alma y en el cuerpo
    Oh si te quise no lo olvido y lo sabré siempre
    Mira que bebí de ti
    Los lagos
    Por los lados.
    Pero Sé que me rompí como si hubiera estallado mi cuerpo en un volcán.

    Sé que lo sabes y lo supiste
    Que nos gustaba jugar.
    Pero se me destrozó la risa.
    La rosa palideció.

    Ojalá
    En algún sueño
    Vuelva a brillar en mis labios.

    Miguel Castellote Castellote


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