Lo único que pasa aquí es el tiempo.
Canto en todas las tonalidades de poesía,
dichoso estoy cuando cierro los ojos
y dormito, ¿quién sabe?, duermo.
Y sueño.
Salimos de mañana
miramos a lo alto y elegimos
el rumbo donde ninguna nube
nos moleste.
Ninguna nube. Hasta eso solo
es motivo para cantar
¡hurra! para lo que crece.
Con garbo y bandera
anchos y azules como el aire,
pero inadvertidamente traslúcido cual tiempo,
desfila ante nosotros.
Adiós, queridos amigos.
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