Cuando esté muerta y mi ignorada tumba
pisoteada sea por mil generaciones
y apenas de mi nombre quede un borroso trazo
sobre la fría losa que me cubra.
Cuando se haya perdido hasta el recuerdo
de la dulce belleza de mi raza
y las jóvenes que amen ignoren
que antes que ellas amé…
Cuando ya nadie exista
que evoque mi fantasma,
que cante a media voz mis versos… dime,
¿me seguirás amando tú, oh, perfecto,
oh, amante, sin posible muerte, vivo
hasta el fin de todo lo creado?
Por dónde he de vagar yo en mi profundo
vacío involuntario, ¿habré de hallarte?
¿Qué será de mi Ser si he de perderte
como al mar, como al sol, como a los pájaros?
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