Tú eras columna de Babilonia o casi,
capítulo del beso de Babel cuando eras mano
labios dedos torres
historia alta de ti,
el libro de la voz deshojándose con paso de
danza,
y la colonia que se despierta y escribe estrofas
verdes,
y el viento escabel para tus pies
en la luna bermeja del salón.
O cuando fuiste dioses, dioses para la
adolescencia que se vende,
o antes, sí, antes de esperar casas
del lenguaje arquitecto,
templos para mi soledad y rastro lejano de ti,
mirando el ligero Mediterráneo,
aguardando una iluminación del nervioso mar,
un haz de días,
una camada lírica.
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