Muerta en rigores de mármol
el aire se te rendía
y en ángulos te quebraba
Sola
desceñida de las aguas
Pistas de sueño y naufragios
imantadas de claveles
en el mundo sin distancias
La luz te resucitaba
y el silencio te escondía
en paréntesis de nieve
sin pestañas y sin hojas
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