Cuando ya no sea capaz de engendrar estrellas
que alumbren lo mismo tu vientre que tu espalda
o los flujos de la tierra que anochece.
Cuando no cambien de color los lirios si los miras
hacia los tonos curvos de tu cuerpo
o hacia donde se produjo la extática locura.
Búscame entonces un verso donde muera,
un verso que hable de los sueños de la vida
o uno que nos diga de la muerte si tú quieres;
que para amar, no importa lo que diga sino la sangre
que con nuestra sangre envenene cada esquina donde olvido.
Un verso que se calle cuando al corazón nos llegue.
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