Has contado despacio
las ruinas que quedaron
de tu casa de mármol tras el fuego.
Buscas los restos, esperas
encontrar las miradas,
las voces de los tuyos.
Cada roca te muestra una sonrisa,
cada gesto se oculta en cada roca.
Te conquistan desiertos de silencio,
el polvo se ha anudado a tu garganta.
Ahora gritas, y gritas para nadie.
Añadir un comentario