Paisaje lento de mi poesía…
¿Ocaso? No. Más bien, tras de la lluvia,
entre el líquido verde de las hojas,
amanecer sombrío de la luna.
Ambigua luz de incienso en las volutas
de una melodía vagabunda;
enrejado sutil de sicomoros
sobre la plata azul de una laguna:
paisaje sin sorpresas
y sin aristas bruscas,
diluido en matices,
hecho todo de ritmos sin premura,
más lento cada vez y realizado
al fin en una rosa taciturna,
como se queda el alma sostenida
en esa onda última
-alta, vibrante, sólida-
de la marea blanda de la música…
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