Aquí quedó la forma de tu huida.
Como la flor tronchada, en el vacío
queda erguida en perfume, el canto mío
te levanta en el aire, florecida.
El tallo de mi voz tiene tu vida
en su rama invisible, como un río
levísimo de llanto o de rocío
la más lejana estrella sostenida.
Como el mar que se fue queda evidente
en el empuje manso de la ola
dibujada en la arena, dulcemente
te me vas y te quedas -forma sola
de tu no ser- presente en mi presente
como erguida en perfume la corola.
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