Te vi crecer como un árbol,
Eternidad inefable;
Te vi endurecerte como un mármol,
Indecible realidad.
Prodigio cuyo nombre se me escapa,
Granito, para el cincel, inflexible;
Felicidad compartida por el pájaro
Y por el agua que el perro bebe.
Secreto que hay que saber y callar,
Todo lo que dura es pasajero;
Siento girar la tierra
Y el cielo de astros ligero.
¡Sonreíd, muertos bien acostados!
Todo pasa y sin embargo dura;
Las briznas de la verdura
Nacen del grano de las rocas negro.
Versión de Silvia Barón-Supervielle
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