Has venido a este mundo que no entiende
nada sin palabras, casi sin palabras.
Dios le ha dado mucho al hombre;
pero el hombre quisiera algo del hombre.
La tierra tiene lo que tú levantas de la tierra.
Nada más tiene.
Me ves cuando me tocas: cuando no debieras verme.
Sí, eso es el bien: perdonar el mal.
No hay otro bien.
El hombre vive midiendo, y no es medida de nada.
Ni de sí mismo.
Iría al paraíso, pero con mi infierno; solo, no.
A veces creo que el mal es todo
y que el bien es sólo un bello deseo del mal.
Creías que destruir lo que separa era unir.
Y has destruido lo que separa.
Y has destruido todo.
Porque no hay nada sin lo que separa.
Quieren que me haga diferente.
Y sin ellos hacerse diferentes y sin nada
hacerse diferente.
¿Y de qué me haría diferente?
Para que tu tristeza muda no oyese mis palabras,
te hablé bajito.
La humanidad no sabe ya adonde ir,
porque nadie la espera: ni Dios.