Aquí
derramando
sobre mi vasta mar
negro sobre blanco
delineo mi destino
pescando en el tintero
voces que nada dicen
estrujo las palabras
sin poder hallar
el sentido de mi pasar.
Busco un asidero
en esa frágil telaraña
donde día a día muero.
Entonces,
dónde estoy
a dónde voy
me atraen los imanes de la muerte
y me rescata la vida
en su juego rutinario.
No quiero morirme
sin ver la explosión de mis volcanes
el nuevo cráter que quedará
después de la ceniza y de la lava
cuando el fuego sea el fuego sosegado
que sólo yo
adentro lo atestigüe.
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