Y debemos andar de otra manera
por los caminos de la Mancha, hermano,
por si, fecunda tierra de secano,
diese trigo su augusta calavera.
Ay, huesos, donde ardió la sed más pura,
sustentando con más viril coraje
el ¡no! en pie y de cara al oleaje
que rompe contra el hombre y su figura.
Comed el pan despacio, andad a besos
por los lagares y por los molinos,
que ya todo es Quevedo derramado.
Polvo de humano polvo son sus huesos,
mas aunque sean polvo en los caminos,
polvo serán de España enamorado.
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