Y si algún día el aire viene bueno
y todo se ilumina,
nada cabe esperar.
El propio corazón rehusa el vuelo.
el dolor pesa más que la alegría.
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Y si algún día el aire viene bueno
y todo se ilumina,
nada cabe esperar.
El propio corazón rehusa el vuelo.
el dolor pesa más que la alegría.