Y sin embargo…
el amor existe.
Debemos creer
que la inmensa serpiente del odio
está dispuesta a cambiar de piel,
que Lucifer escampará sus filosas metrallas
y que todos somos de un mismo color y raza
porque a pesar de todo,
por todas partes
en todos los rincones del mundo
el amor brota de sus trincheras en Navidad.
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