Y vuelvo a verme ciñéndome de nuevo a su cuerpo
vuelvo a verme respirando su piel su pelo que apenas toco
otra vez las lluvias la noche como un árbol centelleante
ha cubierto la casa
el ojo torrencial del cielo me juzga me condena
oigo los rápidos chorreones caer en el patio siento la sumisión de las piedras
el ángel que se debate en las sombras afila su perfil de fuego
y lo vivo todo como si fuera memoria del exilio
pero pasarán los años
el adolescente se baña
en el río que ya no refleja
expone su desnudez bajo la luz brava del mediodía que hiere sus ojos
con la mano con que endiosa el sexo escribe sobre la arena
el latido de ese espacio salvaje
pasarán los años
pero sólo allí estará reposando
la cabeza
cerca de ese cuerpo
respirando la última tersura de su piel la trama cenicienta de su pelo
en la claridad que ha ido escindiendo el tiempo
Y vuelvo a verme ciñéndome de nuevo a su cuerpo de Guillermo Sucre
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