Ya cantan los gallos,
buen amor, y vete,
cata que amaneçe,
-Que canten los gallos,
yo, ¿cómo me iría,
pues tengo en mis braços
la que yo más quería?
Antes moriría
que de aquí me fuese,
aunque amaneçiese.
-Dexa tal porfía,
mi dulçe amador,
que viene el albor,
esclareçe el día;
pues el alegría
por poco feneçe,
cata que amaneçe.
-¿Qué mejor vitoria
darme puede amor,
que el bien y la gloria
me llame al albor?
¡Dichoso amador
quien no se partiese
aunque amaneçiese!
-¿Piensas, mi señor,
que so yo contenta?
¡Dios sabe el dolor
que se m’ acrecienta!
Pues la tal afrenta
a mí se m’ofreçe,
vete, c ‘ amaneçe.
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