Yo he usurpado su lugar y he conocido el secreto.
Lo he entendido sin, sin embargo, llegarlo a revelar.
Ha sido solamente nuestro. Esta inmovilidad
que nos lanza contra las rocas y la soledad,
como las aguas en la tempestad, como las arenas
en la tormenta.
Yo he usurpado el secreto. Lo he arrebatado ignorándolo,
abriendole mi corazón sobre el puño de las manos.
He descubierto esta soledad que nos impulsa a ir y a ir
contra las aguas, entre esta oscuridad que las palabras
quisieran repudiar, hacer retroceder, pero a nosotros
no nos ha sido concedido tal gozo, tan pequeña felicidad.
Yo he conocido su secreto. Y he llegado a usurpar ese puesto.
Lo he recibido sin conocerlo. Lo he revelado sin hacerlo mío.
Ha sido solamente esta inmovilidad que nos impulsa a ir más
y más allá. Ha sido unicamente este silencio.