«Tú serás del que te ame, del que corte
en tu huerto lo que he sembrado yo».
Pablo Neruda
Blancas. Blancas serán tus bodas.
Las nuestras ya lo fueron de musgo, sangre, tierra,
inexhausto ritual, surgido desde el templo del mar.
La tribu. Concurrirá la tribu en filisteo corrillo.
Nuestros testigos fueron el bosque y el silencio,
la savia del estío, los duendes, el rocío.
Azahares. Disimularán tu compra los azahares.
No llevarás entonces la dulce soledad del jaramago,
ni trepará a las ramas el grito de tu dicha.
Sábanas. Desesperadamente blancas serán tus
sábanas nupciales.
Verde y coral, se hundió la hierba bajo tu peso ansioso.
Manos. Cuando la torpe mano lime, hosca, tu piel,
buscarás la ternura de los días ya fundidos.
Muerta. Muerta estará en ti la ternura que mi semilla dio.
Y tú. Tú también habrás muerto en el día de tu boda.