Desnuda
me miro en el espejo perturbable.
No tengo rostro
mi signo del zodiaco es el desorden.
Sola estoy
cuando podría ser otra vez el lento
obstinado presagio de tus dedos.
Este es sólo el exordio del placer.
Después vendrá la imagen de tu boca
atravesando un claro en la arboleda.
Vendrá la llama tibia como el gato.
Oscura la garganta se tragará tu nombre
oscuro de saliva.
Vendrán la lengua y tus rodillas.
Escucha cómo suena el otoño en las ingles:
gástame el vientre
exacerba mi boca
altera mi silueta
rasga esta tarde hasta la pura muerte
degrada este silencio
denso como una zorra
devasta quiebra
asola mi virtual desatino.
Sólo imaginación.
Sólo un espejo.
La humedad que te grita desde el bosque.
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