Ignoran los problemas esenciales.
Vivir es vegetar. La Cofradía
regala a los jubilados el día
de la Patrona distintos vales
que se pueden canjear por unos reales
hechos bollo y vino. La anarquía
duerme entonces como dormiría
un enfermo inyectado por sus males.
Nada. Aire. La vejez los invade
como el corte de secular guadaña
que cercenara sus preocupaciones.
Es barato el engaño del cofrade:
«Te soleas, ríes y vives». Daña
mirar tan inservibles corazones.
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