El amor es como dos piezas dentarias.
Cuando una se va…
la otra se descuelga se descuelga…
de la encía de la vida va y se desengancha.
Poco a poco y puerilmente,
inútilmente sube o baja.
Hasta llenar el hueco que dejó su antagonista,
hasta besar el espacio que ocupaba.
Las demás relaciones ya son prótesis
para cubrir la estética del alma.
Añadir un comentario