Lo sentí; no fue una
separación, sino un desgarramiento;
quedó atónita el alma, y sin ninguna
luz, se durmió en la sombra el pensamiento.
Así fue; como un gran golpe de viento
en la serenidad del aire. Ufano,
en la noche tremenda,
llevaba yo en la mano
una antorcha con qué alumbrar la senda,
y que de pronto se apagó; la oscura
asechanza del mal y del destino
extinguió así la llama y mi locura.
Vi un árbol a la orilla del camino,
y me senté a llorar mi desventura.
Así fue, caminante
que me contemplas con mirada absorta
y curioso semblante.
Yo estoy cansado, sigue tú adelante;
mi pena es muy vulgar y no te importa.
Amé, sufrí, gocé, sentí el divino
soplo de la ilusión y la locura;
tuve la antorcha, la apagó el destino,
y me senté a llorar mi desventura
a la sombra de un árbol del camino.
Comentarios sobre el poema
Me encanta ese poema. Gracias por tenerlo en tu blog.
Azucena
ES UN LINDO POEMA PARA LOS QUE HAN FRACASADO ALGUNA VEZ EN CUANTO AL AMOR SE REFIERE
ES MI POETA FAVORITO LUIS GONZAGA URBINA.
Un poema que me conmueve has las lágrimas por su belleza.
Martín Álvarez.
En realidad la interpretación que le doy a este poema, no es acertado al de un romance fallido, creo que habla más acerca de haber perdido sentido a la vida.
Bel
Esta poesía la estudie en el colegio a los 16 años. Fue un hito en la historia para mi. Hoy, ya en edad avanzada agradezco tener esta forma de catarsis tan bella.
Anónimo
Pienso que si amada ya no tiene fuerzas de vivir y le dice que ya vivió todo en la vida
Anónimo