¡Oh tú la de crin rubia, luenga y rizada,
que caída en torrente barre las losas,
y que volando incita las mariposas,
porque así luce aspecto de llamarada!
Linajuda Regina que, por taimada,
finges al viejo duque modelo a esposas,
y de sus canas dices honestas cosas,
más dignas de la espuma de una cascada.
Ven y place al que tiene la voz dorada,
y perennes ortigas y eternas rosas,
y en el talón espuela y al cinto espada.
No ignores que los himnos hacen las diosas.
¡Oh tú la de crin rubia, luenga y rizada,
que caída en torrente barre las losas!
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