Ayer te pensé o soñé que estabas en casa
y te pensé o soñé como eras hace mucho
bajo un cielo que era también como hace mucho
esas cosas de hombre de niño que uno tiene
te soñé como eras cuando yo no era éste
y te pensé después
y anduviste girando en mi cabeza
durante todo el día.
Esta mesa es tan chica
acá se desayunan con su ruido los jarros
las mínimas tormentas
acá llueve seguido y las noches largas
se llenan de tazas negras
a veces alguien canta para desocuparse
de las lágrimas
y a veces hay un miedo de final que me roba
las pocas herramientas que reuní de a poco
esa pequeña historia asomada en desorden
all reloj de la casa
los gajos que juntabas por los alrededores
donde ha subido el polvo.
Injusto es este otoño obligado a cubrirnos
con las hojas que caen en esta miseria
que se pone a crecer
como el tiempo en las fotos amarillas
como las uñas
Carta a casa de José Antonio Cedrón
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