un color de sangre comprimida nace del relámpago y la lujuria abrupta de la tierra
lo borramos
un surtidor de agua nocturna nos disuelve en una lluvia de dicha
y ansiedad
lo cortamos
una concha de madreperla libera en su destello el misterio exhaustivo del placer
la hacemos polvo
un mar de fondo nos arroja a la única playa donde nunca es siempre
lo secamos
una llama muerde voraz a una mujer o una loba resucitada en el amor
la apagamos
perennes el color el agua erecta el destellar de la madreperla la ola
indetenible el deseo llameante son
un montoncito de polvo calcinado atestigua el tránsito de un verbo
conjugado
y su escondido pronombre personal
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