I
Todas las nubes a la tierra se confesaron
Tomó su puesto una pena mía
Y entre mis cabellos cuando se puso melancólica
La mano impenitente
Quedé atado en un nudo de tristeza.
II
La hora se olvidó atardeciendo
Sin recuerdos
Con su silente árbol
Hacia el mar
Se olvidó atardeciendo
Sin un aleteo
Con su vista inmóvil
Hacia el mar
Atardeciendo
Sin amor
Con su boca inflexible
Hacia el mar
Y yo – en la Serenidad que he hechizado.
III
La tarde
Y su imperial aislamiento
Y el cariño de sus vientos
Y su temerario destello
Nada que no venga Nada
Que no se marche
Todas las frentes desnudas
Y por sentimiento un cristal.
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