Tierra herida.
Incansable canto a la existencia.
Aún quedan palabras con el poder de puñales
que vienen detrás de un cortejo sin cuerpos.
Atraviesan límites, redes sin destino.
Impiden que el aire penetre en la tristeza
y el mundo soñado se agite sin formas.
Tierra cubierta de brazos alzados
testigo de ofrendas
que repiten la señal de los cielos.
Tierra hermana de rostros que preguntan
levantan los ojos invocando
al dormido viento.
Aún el llanto genera albergues
para manos que apartan la dolencia.
Tierra de paisajes abismados y confines de hiedra
por cada lágrima un nuevo misterio
para saber si la memoria es credo.
Tierra herida, dominada por fantasmas
aún hay palabras habitadas por la magia.
En noches apacibles se liberará el nombre
y volverás a ser con la claridad del día
tierra consagrada, cuenco en la hoguera.
Se han partido estrellas en mis ojos
con otra mirada veo el costado del mundo.