Con silencio te llamo. Con un nudo,
con clavo de silencio yo te oprimo,
y te traspaso.
Hijo mío, en un viento de silencio:
raído ya te veo en todo el aire.
Brotaste en mi silencio.
Todo en ti ya lo he dicho sin los labios.
Oigo en ti todo un mundo de palabras
de Dios arrinconadas.
Hijo de mi silencio: tú sostienes
y hiendes mi pared, do ti empapada
como un vaso.
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