Cuando un pedazo del sol agonizaba en mi ventana
Y tus ojos miraban caer meteoros de cruda lejanía
Yo contaba los hijos que perdí en guerra sin nombre
Los animales enjaulados en mi boca
Y los dias vagabundo
Con el musgo entre mis piernas que no tuvo sello
Barcos fantasmas vi partir desde mi cuerpo
Mordí la ácida fruta de los nocturnos desamparos
Y las horas incrustaron alfileres de veneno
En mi carne fugitiva.
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