Y cae otro
pues tu vestuario, inagotable:
el cajón de los saldos, en liquidación.
Y menos enredada en cada uno,
hay una historia:
continuará.
Y, velada siempre de nuevo,
entregas sorpresas,
a veces trágicas, a veces cómicas.
Y cada tela revela, transparente,
la que sigue, que a su vez
es transparente.
Y en torno a ti, sólo en torno a ti,
gira, gira
a cámara lenta todo.
Y queda intacto
lo que tu codicia -rica en lágrimasÂ
ha ahorrado.
Y así, una y otra vez,
la belleza tapada sigue siendo
especulación.
Y como cinco mil años y más,
bajo velos, están almacenados,
no cesa nunca, tu danza.
Y yo -acostumbrado al stripteaseÂ
te voy mirando, impaciente,
y un poco enervado.
Versión de Eustaquio Barjau
Añadir un comentario