Est-ce qu’on meurt differement
Quand on est une femme
Denise Desautels
-Una mañana el tiempo de volver…
Una mañana el tiempo de volver
De mirar a través del cristal
De la ventana
Y distraernos
Y buscar la confidencia o ese guiño
Que cómplice
En la esquina de casa adivinamos
En unos ojos tristes.
Una mañana el tiempo de pensar
Tal vez se muere de otra forma
Cuando se es mujer
Y ya la eternidad es sólo una sospecha
Un-anime y distante.
* * *
-Conocer las miradas…
Conocer las miradas
Saber qué esconden los ojos de la noche,
Las pupilas del sueño perdido del invierno,
La madrugada.
Descubrir las miradas e interpretar los signos
Que en el fondo del vaso
La soledad dibuja,
O es quizá el abandono
Quien dibuja
Los signos ya borrosos de una mirada ausente.
* * *
-Ignora la cintura lo que la mano busca…
Ignora la cintura lo que la mano busca
Entre los pliegues rugosos de la seda.
Ignora que la sed es una aguda flecha
Que quema la garganta,
Palabra sometida que espera allegada
Más cierta del deseo.
Ignora que la voz es una espada oculta
Que se hunde en el agua estancada del tiempo
Que permanece inmóvil en un aliento oscuro
Más denso que el dolor.
Ignora la cintura lo que la mano busca
Más allá de los límites desiertos de la seda.
* * *
-Pensar en la distancia…
Pensar en la distancia,
Pensar la tarde como el día piensa
Un final sin esquinas
O un eterno pasillo sin ventanas
Para ocultar las sombras de la noche.
Pensar en la distancia
O pensar el amor que no intentamos
Una noche de lluvia en la buhardilla
Mientras el agua dibuja incansable
Un corazón de anís en el alero
Y una sonrisa turbia en tu mirada.
* * *
-¿Por qué salir de casa…
¿Por qué salir de casa
y correr a esconderme
entre convulsas sombras
que a su paso oscurecen
las luces diluidas de los escaparates?
¿Por qué sentir que hay algo
más cierto que mi tarde
que me llama insistente
desde la última certeza del asfalto?
No es tiempo de buscar,
Tal vez, tampoco es tiempo de encontrar
Pero existen lugares donde la vida late
Y se oculta
Y palidece en el caos de la música
Y aunque sin inocencia es frágil
Como el hilo de voz que una canción desata
Y unos labios recogen sin esperarlo apenas.
Porque salir de casa ayuda
A no volver atrás.