Siento la verticalidad de un animal sin nombre
que cohabita dentro de mí
buscando un lugar para Ser.
Mis formas son exquisitas,
y un momento de bondad
me ha permitido reclamar el techo
para hacer lo que quiero.
Pensé que la secuencia de la vida
indicaba lo opuesto:
Hoy, estoy aquí;
dentro de un año,
existiré dentro de una palabra
o debajo de tu corazón en papel púrpura.
En este momento trágico
de sobrevivir como una pieza de arte,
me parece que ya entiendo
el murmullo del fantasma
cuando se convierte en hombre.
La ciudad cae como agua sobre la realidad.
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