( Madrid )
¡Dehesa de la villa!
Desde esa hora,
el azul se te espesa,
se te enamora.
¡Qué maravilla!
En tu hierba, Dehesa,
fue su mejilla.
¡Fue tu mejilla, esposa!
Cómo lucía
en el aire la rosa
de tu alegría.
¡Viva mi suerte!
Sobre la hierba un día,
volveré a verte.
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