Contempló distraído las sonrisas
en la mirada de los complacientes
y expresó su secreto en las corrientes
alternas del discurso que revisas.
No desoyó el consejo ni las prisas
que impone el acotado continente
a sísifo ascendiendo la pendiente
de las ejecuciones más precisas.
Vivió.
Sus experiencias memorables
no son las que investigas en lo arcano
de documentos fijos o probables,
sino el recuerdo de un país lejano
que se incendió en otoño, en las variables
figuras de un recuerdo americano.
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