Fragoso monte, en cuyo basto seno
Duras cortezas de robustas plantas
Contienen aquel nombre en partes tantas
De quien pagó a la tierra lo terreno,
Así cubra de hoy más cielo sereno
La siempre verde cumbre que levantas,
Que me escondas aquellas letras santas
De que a pesar del tiempo has de estar lleno.
La corteza, do están, desnuda, o viste
Su villano troncón de yerba verde,
De suerte que mis ojos no las vean.
Quédense en tu arboleda, ella se acuerde
De fin tan tierno, y su memoria triste,
Pues en troncos está, troncos la lean.
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