Bailarina…
Bailarina
nupcial
de la habitación de los ciegos
concibes tú
lejanos días de creación
ansiedad creciente-
Con tu cuerpo de calles de música
paces el aire
allí
donde el globo terráqueo
busca nueva entrada
hacia el nacimiento.
A través
de lava nocturna
como párpados que se desatan
en silencio
parpadea el grito primerizo
de los volcanes de la creación.
En el ramaje de tus miembros
construyen las sospechas
sus gorjeantes nidos.
Como una que ordeña
en el crepúsculo
tiran las puntas de tus dedos
de las fuentes ocultas
de la luz
hasta que tú perforada
por el martirio de la tarde
entregas
la luna de tus ojos
a la vigilia.
Bailarina
puérpera que gira
tú sola
llevas oculto cordón umbilical
en tu cuerpo
legadas al Dios joyas gemelas
de muerte y nacimiento.
Versión de Javier Tubía
* * * * *
Qué ligera…
Qué ligera
será la tierra
tan sólo una nube de amor vespertino
cuando libertada como música
la piedra se arrastra en éxodo
y peñas que
como pesadilla acuclillada
en el pecho de los hombres
pesos de melancolía
riegan las venas.
Qué ligera
será la tierra
tan sólo una nube de amor vespertino
cuando la venganza encendida de negro
atraída magnéticamente
por el ángel de la muerte .
reventada fría y silenciosamente
en su falda de nieve.
Qué ligera
será la tierra
tan sólo una nube de amor vespertino
cuando lo astral despareció
con un beso de rosas
de la nada.
Versión de Javier Tubía
* * * * *
Viene uno…
Viene uno
de lejos
con un idioma
que quizás encierra
el laúd
con el relincho de la yegua
o
con el piar
de los jóvenes mirlos negros
o
también como una crujiente sierra
que trincha toda proximidad-
Viene uno
de lejos
con movimientos del perro
o
quizás de la rata
y es invierno
por tanto vístelo caliente
también puede ser
que tenga fuego bajo las suelas
(quizá cabalgó
sobre un meteoro)
por tanto no lo riñas
si acaso tu alfombra acribillada chilla.
Un extraño lleva siempre
su patria bajo el brazo
como una huérfana
para la que él quizá nada
nada busca sino una tumba.
Versión de Javier Tubía