Ando como liberta por la calle,
sin marca, sin collar y sin el nombre
de mi dueño, clavado a sangre y fuego.
Circulo libre por el cuerpo que amo,
sin limitar el tiempo ni el espacio.
¿Necesitas mi hálito de vida,
fue suficiente pagar con el impuesto
de los años indefensos y tiernos,
de los oscuros pozos llenos de amor
a todo trance, de héroes desnudos
que me amaban aún sin esperanza?
Un tiempo sin cartílagos, ni huesos,
que se deshace espectral y amarillo
como el recuerdo de un antiguo baile.
Adiós mi amo, la cinta de mi cuello,
rota en la liza de los brazos que aman,
hoy, en mi alcoba, ya no la encontrarás.
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