el poema que escribí ayer,
el escrito a ojos vistos de la noche,
su cuerpo de espaldas a tu cuerpo,
reposa (y ahí está) todavía
esperando andar/
nada anda (desde entonces) si tú no haces o señalas,
si no construyes
o derribas,
en tu altura/
hoy (es decir: jamás) descubrí su caracol en llamas,
su mapa de pájaros y espumas,
su círculo sin calles o vigilias:
herida o no, hay una carta,
por ejemplo/
una mesa intalterable,
otra verdad ligeramente en pie/
todo (y hasta tus manos, que no son) termina,
se hace viento
y recomienza.
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