Llega un día
en que el cuerpo, si duele, es evidencia.
Se pone a Dios en la mitad del aire.
A cada rato un gracias
cada mañana como inaugural.
Todo es lámpara y agua
árbol, manzana y flor
y mil rostros sonríen por debajo del rostro.
A eso se le llama
ocupar el lugar que corresponde
estar presente cuando se pasa lista
(o como dicen los argentinos:
echar pa\’lante.)
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