Ahí están los gimnastas
gastando inútilmente su energía.
¡Cuánto mejor sería
ahorrar tanta destreza!
Se esfuerzan cada día,
en un una nueva marca.
Recorren mil metros al minuto
mientras atisban a lo lejos la meta
y se mofan de nosotros,
los poetas holgazanes sin honra.
No saben estos gimnastas puristas
que también a ellos se les va la olla
con tanto estimulante que se toman.
No saben estos analistas
de mentiras,
cuánto hay de miseria en sus axilas.
Cuánto sudor desprenden del sobaco.
Añadir un comentario