Hay rosas que se abren en selvas misteriosas
y mustias languidecen, nostálgicas de amores,
sin que haya quien aspire sus púdicos olores…
¡Hay almas que agonizan lo mismo que esas rosas!
Las mariposas tienden sus alas temblorosas
y en alegría loca de luces y colores,
ebrias de amor expiran en tálamos de flores…
¡Hay vidas que se acaban como esas mariposas!
‘¡Oh, púdicas vestales! ¡Oh, locas meretrices!
¿Quiénes son más hermosas? ¿Quiénes son más felices?’
los hombres preguntaron, en una edad lejana,
a un Fauno que en las frondas oculto sonreía…
Hace ya muchos siglos… Y en la conciencia humana
el Fauno, a esa pregunta, sonríe todavía.
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