No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas
Oliverio Girondo
Otra vez buenas noches.
Hazme un hueco en mi cama,
un lugar junto al sueño
entre las sábanas lúbricas del silencio.
He pasado la tarde leyendo a Girondo,
contemplando la lluvia detrás de las ventanas
caer como plumas calladas del otoño.
Las arañas ya duermen
en los turbios rincones
de esta casa sin muebles,
y yo vengo dichoso,
y me pesan los ojos.
Sigue sonando la lluvia
y hay goteras antiguas
detrás de las cortinas;
un tambor de pétalos empapando la tierra.
Soy feliz como un viernes al abrigo de un puerto,
como un libro plagado de palabras brillantes.
Mañana, ya mañana,
seguiré esperando no sé qué, esa espera
interminable del huérfano de suelo,
del viajero del tiempo
que ignora su destino.
Ya no sé si soy yo
o el fantasma oxidado de mi nombre en el agua
quien pronuncia estas palabras huérfanas.
No me apagues la luz,
soledad. Buenas noches.