Niña en el tacto de la luz te siento
diluida en palabras, gesto, risa,
levemente agitada por la brisa
que dan las alas de mi pensamiento.
Niña que pasas con el movimiento
sin curso de la flor, lleva tu prisa
un amoroso tiempo de sonrisa
en cada eternidad de tu momento.
Niña que traspasándome la frente,
como flechas de sol un claro río,
haces pensar en ti tan dulcemente.
Está tu voz en el espacio mío,
salvándome el instante, como un puente
hecho sobre una gota de rocío.
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