No tardes. Si no vienes la tarde es una hoguera
de gélido cansancio, de lluvia sin sentido.
No tardes, que los peces del mar se desorientan,
se van las avefrías camino del otoño.
No tardes. Los jazmines despiertan de la siesta
y vuelven a dormirse callados por la ausencia.
No tardes, que las calles no encienden sus farolas,
ni empiezan en los cines los sueños inventados.
No tardes, que te espero sentado en la reliquia
cansada de mi alma antigua como el vino.
No tardes, no me abras las páginas pintadas
de olvidos y resacas, de nieve en los espejos.
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