Vuelves en la nube y en el aliento
Sobre la ciudad dormida
Golpeas a mi ventana sobre el mar
A mi ventana sobre el sol y la luna
A mi ventana de nubes
A mi ventana de senos sobre frutos ácidos
Ventana de espuma y oleaje
Sobre altas mareas vuelven los peñascos en delirio y la alucina-
ción precisa de tu frente
Sobre altas mareas tu frente y más lejos tu frente y la luna es tu
frente y un barco sobre el mar y las adorables tortugas
como soles poblando el mar y las algas nómadas y las que
fijas soportan el oleaje y el galope de nubes persecutorias
el ruido de las conchas las lágrimas eternas de los coco-
drilos el paso de las ballenas la creciente del Nilo el polvo
faraónico la acumulación de datos para calcular la velo-
cidad del crecimiento de las uñas en los tigres jóvenes la
preñez de la hembra del tigre el retozo del albor de los
aligatores el veneno en copa de plata las primeras huellas
humanas sobre el mundo tu rostro tu rostro tu rostro
Vuelven como el caparazón divino de la tortuga difunta envuelto
en luz de nueve
El humo vuelve y se acumula para crear representaciones tangi
bles de tu presencia sin retorno
El pelo azota el pelo vuelve no se mueve el pelo golpea sobre un
tambor finísimo de algas sobre un tambor de ráfaga de
viento
Bajo el cielo inerme venciendo su distancia golpeas sin sonido
La fatalidad crece y escupe fuego y lava y sombra y humo de
panoplias y espadas para impedir tu paso
Cierro los ojos y tu imagen y semejanza son el mundo
La noche se acuesta al lado mío y empieza el dialogo al que asistes
Como una lámpara votiva sin un murmullo parpadeando
y abrazándome con una luz tristísima de olvido y de casa
vacía bajo la tempestad nocturna
El día se levanta en vano
Yo pertenezco a la sombra y envuelto en sombra yazgo sobre un
lecho de lumbre.
Oh furor el alba se desprende de tus labios de César Moro
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