De las tinieblas de la casa inferior,
una figura llena de majestad ascenderá por un momento,
en cuerpo de diosa, acaso una heroína.
No es seguro cuál sea su destino,
presa de amor, bajo el peso de sus faltas,
en el fuego de la lira, Eurídice,
la amada de Orfeo que vive en el infierno.
Descansa la doncella elegida con los pies descalzos
y el vestido holgado cae en numerosos pliegues.
El movimiento apresurado de la cabeza
puede quizás indicar que acaba de llegarle la noticia,
en la oscuridad más completa,
de mi requerimiento.
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